Y allí estaba, con la boca abierta y la mirada perdida
mientras el forense abría las bolsas y dejaba al descubierto los cadáveres de
su familia; ciertamente sorprendido. No por lo impactante o inesperado de la
noticia, sino porque, en aquel mismo instante, descubrió que no le importaba.
sábado, 15 de septiembre de 2012
viernes, 14 de septiembre de 2012
Microrrelato 151
Miraba la puerta. Cada noche llegaba a casa exhausto, llenaba medio vaso de güisqui, y esperaba. Esperaba mientras miraba la puerta. Su parte creativa se había marchado semanas atrás, y tal vez ya nunca regresaría.
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