Matt observó los cadáveres humeantes: un crisol de razas y culturas que se fundían con el suelo. La guerra hizo desaparecer las diferencias; les proporcionó un enemigo común al que temer y odiar. La raza humana unida frente al invasor. Matt suspiró. Probablemente los derrotarían. Y cuando los alienígenas hubiesen sido expulsados, seguirían matándose entre ellos.
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