viernes, 2 de marzo de 2012

Microrrelato 97


Cuando abrió los ojos se encontró atado a una mesa de operaciones, bajo los efectos secundarios de la abducción. Sobre él trabajaba el sujeto CT0023. Lo reconoció porque le faltaba uno de sus apéndices –él mismo lo había cercenado–, y tragó saliva con dificultad. Los de aquella especie tenían una norma: ojo por ojo, tentáculo por tentáculo.





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