miércoles, 14 de marzo de 2012

Microrrelato 122


Algo se había roto. La miró y se preguntó cómo podía echarla de menos si estaba allí mismo, tendida junto a él, al alcance de un par de palabras. Calló, y el silencio alimentó la grieta. Cuando por fin se decidió a hablar, el abismo era ya insalvable. Ambos se vistieron aprisa. De pronto, sentían frío.






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